Die Mittelalter-Phantasie Märket auf Deutschland… 3/3, Weil am Rhein, las armerías.

¿Qué es aquello que brilla a lo lejos?

¡Armas! ¡Corazas!¡Cascos, espadas y dagas!

Huelga decir que aquí cayeron algunas cosas más a mi mochila…

También había puestos más dedicados al material para rol en vivo y frikismo en general:

Como la tienda de Mytholon, donde me convencí que no volvería a comprarles más cosas metálicas…

Aunque siempre habrá cosas más que curiosas:

En resumen, una de las mejores oportunidades para comprar equipo. Te lo puedes probar antes, moviéndote, usando espadas, comparar precios y calidades, tienes una buena variedad para elegir,  y el ambiente es fantástico. Y todo el mundo habla inglés…

Para terminar, una foto que hice en la estación de tren, explorando las texturas y reflejos del atardecer en mis guanteletes nuevos (ahora están un poco más «tocados»):

Die Mittelalter-Phantasie Märket auf Deutschland… 2/3, Weil am Rhein, el mercado.

O los mercados «medievales» alemanes, un resumen de aquello que me encontré en el mes de Mayo del 2008 por aquellas tierras a orillas del Rhin.

Bueno, tras la experiencia (y unos kilos de blindaje más) me quedaron ganas de repetir. El siguiente mercado, según la web de Spektaculum, la empresa que orgainizaba estas cosas,  era en Weihl am Rhein, en una antigua zona de tránsito ferroviario entre Suiza, Alemania y Francia. Justo mi último fin de semana por aquellas tierras.

La primera impresión, yendo con más calma y tiempo disponible:

¡Es inmenso! Unos 17500 m². Esta panorámica sólo cubre una de las dos mitades del mercado:

Die Mittelalter-Phantasie Märket auf Deutschland…1/3

O los mercados «medievales» alemanes, un resumen de aquello que me encontré en el mes de Mayo del 2008 por aquellas tierras a orillas del Rhin.

Un foto-post pendiente de publicarse incluso meses antes de que tuviese un blog.

Todo empezó de vuelta de Augst (o Augusta Raurica) un sitio a poca distancia de Basilea que merece otro post para sí sola. Por casualidad (como tantas cosas buenas de la vida) me encontré este cartel, y entendí de él lo suficiente como para considerarlo interesante:

Decidí que merecería la pena ver si había trenes de Basilea a Bad Säckingen, un sitio prácticamente a la otra orilla del Rhin, pero en la orilla alemana. Tuve suerte, y además tenía unas dos horas de tiempo para visitar eso, fuese lo que fuese.