Esto es un experimento de adaptación, para hacer más cómodas e históricas unas hombreras medievales que me compre en un mercado medieval de Alemania, a una tienda checa, Kasto, actualmente Arms-armour. El material es recio, hecho para usarse y bien fabricado, como pude comprobar en persona, además de estar apañado de precio. Los «fallos» de estas piezas concretas (que algunos tienen) son sobretodo respecto a detalles que no son adecuados para recreación histórica, por ser claramente modernos, y por eso me puse a cambiarlos.
Además de llevarme unos guanteletes que se merecen un buen reportaje para ellos solos, para poderlas llevar tuve que comprar también un gorjal, que tenía dos tiras de cuero con agujeros que se usaban con las hebillas de las hombreras.
El problema que presenta dicho montaje es que al levantar los hombros o los brazos el gorgal (que no protege el cuello para nada) subía y te apretaba la mandíbula o te a el casco, si te llegaba hasta abajo (como era el caso de la celada que tenía entonces…). Además de dificultar el movimiento, no se correspondía con el sistema de sujetarlas más habitual en las imágenes y piezas de época, que explicaré un poco más adelante.
El primer paso fue quitar las correas esas que asoman de las hombreras. Tienen la función de sujetar el arnés de brazos del mismo fabricante, pero ni de lejos se acerca al sistema históricamente correcto (anudado al jubón de armar) por lo que las corté. De ahí saqué las correas para el gorjal…
También se puede ver el sistema de cierre del gorjal…
Lo siguiente: reemplazar esas horribles hebillas cromadas. Me pregunto porqué una vez hacen algo tan difícil como piezas de armadura le ponen esas hebillas cantosas. Las históricas son más caras, pero creo que aunque la exactitud te de igual, gana mucho en apariencia al combinar el color del hierro con el dorado del latón…como se ve en la imagen del fabricante, están sujetas por una tira de cuero que está remachada a las hombreras…pues a tirar de Dremel (TM).
Tras un rato de pelea, se rindieron, aunque alguna marca quedó…lo siguiente: colocar las nuevas hebillas.
Estas las compré en The Time Seller y tenían la medida perfecta…los remaches son los normales de marroquinería de dos piezas, que reemplazaré por otros de latón sólido cuando encuentre dónde comprar…
Por cierto, éstos son los remaches que usa el fabricante. Tras un rato, y mucho cuidado, la Dremel pudo con ellos, pero de verdad, es otro de los puntos fuertes de su material: remacha a conciencia. Para los que estén interesados en el «armadureo», abajo podeis ver el montaje de las placas de la hombrera, cada una de ellas remachada a cada una de las tres tiras de cuero.
Lo siguiente: preparar el sistema de sujección histórico: Consiste en dos agujeros por los que se pasa un cordel anudado que está cosido al jubón que se lleva debajo, y que puedo asegurar que es más cómodo. De hecho, es un tipo de nudo que también se usa para sujetar las calzas al jubón, y que combina la cualidad de apretarse solo con poderse deshacer tirando de sus extremos.
Aquí os doy un consejo basado en los errores propios: taladrad por la parte cóncava, que los resbales ni las marcas de cuando salta se verán luego, y además la forma ayuda a que no se descentre…También se puede ver alguna marca de los martillazos que le di por dentro a la zona cercana (que puntería) al primer remache que intenté sacar. No me creía que costase tanto quitarlos…
Así están ahora. Sólo falta limar los agujeros para que no dañen las correas que pasarán, lijarlo todo por encima para quitar las marcas de herramienta y por último, poner un remache que tape el agujero que no se usa…lijar con un remache en medio no es buena idea…
Ahora la duda que tengo es qué hacer con el gorjal, que ya no me sirve para nada y que para lo que me interesa (siglo XV) no sirve…